
El fenómeno “idol”: Johnny’s y belleza masculina en el Japón contemporáneo.
- Por Akane Sakurai.
Nota preliminar: Este artículo es una especie de resumen de una investigación más completa que realicé para un seminario de Historia de Japón. Si, estudio Historia, y aunque moría un poco por incluir algunas citas de artículos académicos, opté por simplificarlo un poco. Y sí, sé que los idols no son exclusivamente Johnny’s, pero son más que representativos del fenómeno.
Para quienes escuchamos música asiática, especialmente japonesa, el término "idol" resulta bastante familiar. La primera imagen que vendría a la cabeza de muchos sería la de una cantante pop, vestida a la moda y mostrando la más kawaii de sus poses adornada por una sonrisa deslumbrante, tan estudiada como los movimientos que acompañarían su pegajosa canción. Bastaría con ver el éxito de estrellas ya consolidadas como Ayumi Hamasaki para no dudar en considerar a las idols un "fenómeno", que se ha expandido hace bastante ya por todo Asia, adquiriendo características propias de cada país (muy distinta es una Hyori Lee a una Rainie Yang). Pero, ¿nos referiríamos a un fenómeno sólo en términos de ventas y marketing? Bueno, es cierto que el dinero marca la pauta, y un idol vende. Pero no vende sólo un hit: por sobretodo, un idol se vende a si mismo, en tanto imagen, personalidad y talento. Por ello, el hablar de un "fenómeno" remite a razones más profundas, arraigadas en la sociedad que los produce, eleva y confirma como modelos a seguir.
Belleza, actitud, carisma, la forma de desplazarse en distintos escenarios (conciertos, eventos promocionales, entrevistas,...) y de demostrar un amplio espectro de talentos (uno más explotado que el otro), definirán el éxito del idol. Si bien era la idol, la joven de aspecto inocente que era reclutada por programas de televisión, la que dominó el entretenimiento japonés hasta entrados los '90, el éxito arrollador que tuvo SMAP de la mano de Kimura Takuya (aún hoy uno de los idols más queridos y ‘rey del ráting’), dividió el escenario para dejar pasar a una nueva generación de idols hombres, entrenados por la agencia Johnny's Jimusho.
¿Johnnys?
Kitagawa Hiromu, conocido como Johnny Kitagawa (79), nació en Estados Unidos, pero muy joven se embarcó a Japón con el proyecto de producir cantantes. Poco a poco, creó grupos como Four Leaves, y lanzó al estrellato a artistas como Go Hiromi (quien dejó la compañía) o MATCHY (Masahiko Hondo, que cumple ¡30 años desde su debut!). Con la creación de Shonentai, Hikaru Genji y Shonentai, los Jyannis comenzaron a tener presencia en el escenario musical de los ‘80s, pero no fue hasta el apabullador éxito de SMAP que el convertirse en un “Johnny’s” significó transformarse en un hombre ideal, un idol: Capaz de cantar, bailar, actuar, y animar programas de televisión con una personalidad entrenada para ser carismática y atractiva para el público infantil- juvenil que ya tenía presencia en Japón como importante consumidor. No se trata de ser excelente en todo, sino de saber qué explotar y cómo.

Hikaru Genji. 1985 - 1995.

Otokogumi.

Shonentai. 1985 - presente.
SMAP es el mejor ejemplo: Luego de un pobrísimo debut, su desplante en televisión les dio fama suficiente como para poner el nombre de Kimura Takuya en el cast de un dorama (vale recordar que el idol nace con la televisión, y a es a través de esta plataforma que puede lograr fama). KimuTaku, como es apodado por sus fans, no fue sino el claro ejemplo de un nuevo ideal de belleza que se imponía en Japón: Hombres que son admirados porque –diría el académico James Robinson- “son estéticamente agradables y cargados de erotismo”. Sútil, amable, gracioso, adorable, vestido a la moda… muy lejos estaba de los salary-man (hombres de oficina) fríos, distantes y huraños, de trajes grises y aliento a sake, sobre cuyos hombros se había levantado la fortuna nipona.

SMAP.Katori Shingo, Nakai Masahiro, Kusanagi Tsuyoshi, Inagaki Goro, y Kimura Takuya

KimuTaku en uno de los primeros doramas que lo catapultaron al estrellato: Long Vacation (1996)
A ver, a ver. ¿Entonces los Johnny's pusieron de moda la "belleza masculina"? Sí y no. No es que repentinamente los hombres japoneses hayan comenzado a preocuparse del cuidado de su cuerpo y de formas de potenciar su belleza. Tradicionalmente, por ejemplo, el vello corporal ha sido visto como sinónimo de barbarie, y no es de extrañar que los hombres se rasurasen desde tiempos lejanos, ni menos que los idols presenten una piel suave, desprovista de vello; además, el cuidado del cabello y de las cejas también forma parte de una tradición en la sociedad japonesa, como también el uso del maquillaje, o keshohin, que era de uso unisex durante el período Meiji. El cambio es, pues, que la preocupación por la belleza masculina ha renacido luego de un período de “adormecimiento” (digamos, durante el período post IIGM hasta finales de los ‘70), y hoy, en una sociedad de mercado, los hombres se han vuelto consumidores de su propia masculinidad. A diferencia de nuestra sociedad occidental, donde tal tendencia recién aparece tímidamente y aún no despojada de una apreciación exclusivamente femenina u homosexual, la sociedad japonesa generó una revolución a través de los idols, que significó una vuelta a los cánones de belleza que imperaban en tiempos remotos, aunque -claro está-, actualizados y claramente influenciados por el showbiz estadounidense.
El sostenido éxito de SMAP y KinKi Kids (quienes tienen el récord guiness por más singles en el puesto n°1 de los rankings desde su debut), la explosión que significó Arashi a diez años desde su debut (gracias a la popularidad de todos sus integrantes y su activa participación en televisión), los récords de asistencia que logró KAT-TUN en el Tokyo Dome y el éxito de NEWS como animadores de la teletón japonesa (24hrs terebi), como también la consolidación de Kimura Takuya y Yamashita Tomohisa (NEWS) como líderes del ráting (entre varios otros Johnny’s que también destacan como actores de doramas o de películas, como Okada Junnichi, Nagase Tomoya, Matsumoto Jun, Ninomiya Kazunari, entre varios), el hecho de que los Jyannis llenen las tiendas con revistas exclusivamente destinadas a ellos y publicaciones no-oficiales, con sus CD’s ocupando los más altos puestos del Ranking Oricon, y que además sus rostros figuen en campañas publicitarias de todo tipo; todo esto da cuenta del rol protagónico que tienen en la sociedad japonesa y en el cambio que se han producido en ella. No sólo surgen de éste y lo potencian, sino que además lo expanden: el fandom de Johnny’s Jimusho está consolidado en países como Taiwán, Corea del sur, China, Filipinas y Singapur, pero hoy también vemos que en varios países de Occidente aumentan las fans y su demanda por productos e incluso conciertos, que sólo se ha concretado con Tegomassu (Suecia) y pronto con Jin Akanishi (USA)
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Japón, a pesar de que sus políticas de mercadeo internacional parecen bastante pobres –sino inexistentes-, está exportando un ideal de belleza, y Chile no se ha quedado atrás en la recepción de ello: Fruto de ello, múltiples grupos se han plegado al fenómeno Johnny’s, naciendo fanclubs o grupos de cosplay dance. Otro tema sería hablar de la copia del modelo idol-Johnny’s en diversos países, especialmente Corea del Sur y Taiwán.
Por ello, vale la pena ver tras sus sonrisas, sus doramas y sus hits, lo que se adivina como la clave a entender una de las aristas más interesantes de la sociedad japonesa contemporánea, esto es, los cambios culturales que aparecen como superficiales, netamente estéticos o remitidos a la moda, pero que están ligados a concepciones profundas arraigadas en su historia y en su idiosincrasia.

Johnny’s idols posando para AN’AN (especie de Cosmopolitan japonesa): Okada Junichi (V6), Matsumoto Jun (Arashi), Yamashita Tomohisa (NEWS) y Akanishi Jin (KAT-TUN).
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Fuentes.
IWABUCHI, Koichi. Feeling Asian modernities: transnational consumption of Japanese TV dramas. Hong Kong University Press, 2004. Documento disponible en Google Books.
ROBERSON, James E. y SUZUKI, NobUE (COMP). Men and masculinities in contemporary Japan: dislocating the salaryman doxa. Routledge, 2003. Documento disponible en Google Books.
ROBERTSON, Jennifer Ellen. A companion to the anthropology of Japan. Wiley-Blackwell, 2005. Documento disponible en Google Books.

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